¿Conoce las prodigiosas hormigas cosechadoras Messor barbarus?

Bienvenido al fascinante mundo de las hormigas. Hoy nos adentramos en una de las especies más intrigantes del hemisferio norte: las hormigas cosechadoras Messor barbarus, muy organizadas. 

 

¿Qué aspecto tiene Messor barbarus?

Estas hormigas, cuyo tamaño varía de 3 a 14 mm, son fácilmente reconocibles por su tórax y abdomen negros, con la cabeza de colores que van del rojo oscuro al rojo claro. La cabeza roja distintiva ayuda a diferenciarlas de otras hormigas Messor. Cubiertas de pelo claro, especialmente en el abdomen, estas hormigas son un espectáculo para la vista.

 

¿De dónde procede el Messor barbarus? 

Messor barbarus es una especie mediterránea que habita en Francia, España y el norte de África. Prospera en paisajes rocosos y arenosos, campos secos, prados y huertos, y prefiere las pendientes suaves con vegetación escasa, al abrigo de los vientos fríos.

 

Estas hormigas hibernan de noviembre a abril, almacenando semillas en cámaras subterráneas para sobrevivir al invierno. Su preferencia por los suelos secos y rocosos está relacionada con su singular sistema agrícola. Pero antes de explorar sus técnicas agrícolas, entendamos por qué las hormigas Messor barbarus presentan formas y tamaños tan diversos.

 

Polimorfismo

 

Su Majestad, La reina

En el bullicioso mundo de una colonia de hormigas, Su Majestad la Reina destaca como el miembro más notable y vital. Con su impresionante tamaño de hasta 14 mm, es la hormiga más grande de la colonia. Su gáster, la parte posterior de su cuerpo, es el más grande, y sus músculos de vuelo, situados en el tórax, son increíblemente fuertes. Esta fuerza es esencial para su vuelo nupcial inicial, en el que se aparea con machos que, por desgracia, mueren poco después. Así, se convierte en viuda al principio de su reinado.

La reina vive hasta 20 años o más. Durante su vida, pone millones de huevos, asegurando el crecimiento y la supervivencia de la colonia. Como Messor barbarus es una especie monógina, sólo hay una reina por nido, lo que hace que su papel sea aún más crítico.

 

Trabajadores menores

Pero la reina no está sola en sus tareas. Las obreras menores, las hormigas más pequeñas de la colonia, siempre están ahí para ayudar. Estas diligentes obreras, cuyo tamaño oscila entre los 3 y los 8 mm, se encargan de cuidar de la cría. Observe cómo mueven y acunan los huevos y las larvas con tanto cuidado y precisión. Su pequeño tamaño les permite navegar con eficacia por los intrincados túneles del nido.

 

Trabajadores de los medios de comunicación

A continuación están las obreras medianas, de tamaño intermedio, que miden entre 8 y 12 mm. Estas hormigas trabajan principalmente fuera del nido, buscando comida y trayéndola de vuelta para mantener a la colonia. Su tamaño y fuerza las hacen idóneas para estas tareas, tendiendo un puente entre las menores y las mayores.

 

Principales trabajadores

Por último, llegamos a las obreras mayores, los soldados de la colonia. Estas formidables hormigas pueden casi igualar a la reina en tamaño, con sus grandes cabezas y poderosas mandíbulas. Las mayores son las defensoras del nido, listas para atacar cualquier amenaza que se cruce en su camino. En ausencia de peligro, patrullan la zona y ayudan a otras hormigas a abrir las semillas más grandes, haciendo gala de su fuerza y versatilidad.

 

Una colonia dinámica y adaptable

Uno de los aspectos más fascinantes de Messor barbarus es la capacidad de cualquier hormiga para cambiar de tarea en función de las necesidades de la colonia. Esta adaptabilidad se desencadena por una liberación masiva de feromonas, que indican a las hormigas que cambien sus prioridades. Ya sea cuidando de la cría, buscando comida o defendiendo el nido, cada hormiga desempeña un papel crucial en la supervivencia y el éxito de la colonia.

En el intrincado y dinámico mundo de Messor barbarus, cada hormiga, desde la reina hasta las menores, medianas y mayores, contribuye al próspero ecosistema de la colonia. Su cooperación y adaptabilidad son esenciales.

 

El ciclo vital de Messor barbarus: De los huevos a las hormigas adultas

 

Etapa 1: El huevo

El viaje de una hormiga Messor barbarus comienza como un diminuto huevo. Estos huevos son delicados y requieren las condiciones adecuadas para desarrollarse correctamente. Un huevo tarda entre 10 y 14 días en transformarse en la siguiente fase: la larva.

 

Fase 2: La larva

Una vez que el huevo eclosiona, se convierte en larva. Esta fase dura entre 10 y 20 días. A diferencia de otras especies de hormigas, las larvas de Messor barbarus no tejen capullos. En su lugar, se desarrollan en lo que se conoce como "pupa desnuda". 

 

Etapa 3: La pupa

En la fase de pupa es donde se produce la transformación más espectacular. En el transcurso de 10 a 25 días, la pupa adopta gradualmente la forma de una hormiga adulta. A medida que se acerca al final de esta fase, la pupa puede incluso mover las antenas.

 

Etapa 4: El adulto

Finalmente, la hormiga emerge como un adulto completamente desarrollado. Durante los primeros días, el exoesqueleto de la hormiga es aún blando y transparente, pero se endurecerá y oscurecerá a medida que madure. El proceso completo, desde el huevo hasta el adulto, dura aproximadamente entre 30 y 50 días. Esta duración puede variar en función de factores como la temperatura, la humedad y la disponibilidad de alimentos y proteínas. Es importante tener en cuenta que estas cifras son promedios teóricos, y que cada hormiga puede desarrollarse a un ritmo ligeramente distinto.

 

Recoger semillas

Desde el siglo XVII hasta el XIX, los científicos creían que las hormigas Messor eran perjudiciales para la naturaleza, ya que dificultaban la dispersión de las semillas. Sin embargo, la investigación moderna ha revelado todo lo contrario. Las hormigas Messor, sobre todo en ambientes desérticos, desempeñan un papel crucial en la diseminación de semillas, un fenómeno conocido como Myrmecochory. Los estudios han demostrado que la biomasa vegetal puede aumentar el doble de rápido en presencia de estas laboriosas hormigas. Además, las investigaciones sugieren que Messor barbarus tiene un impacto directo en la distribución de los cultivos de cereales, lo que las convierte en valiosas aliadas de las prácticas agrícolas sostenibles.

A diferencia de otras especies del género Messor, que prefieren buscar comida en solitario, las hormigas Messor barbarus trabajan en equipo. Crean extensos senderos de feromonas de hasta 30 metros de longitud, despejando el camino de cualquier vegetación o vida animal. Estas hormigas suelen establecer depósitos de semillas a lo largo del camino, donde las almacenan temporalmente antes de ser transportadas al nido por otras hormigas. Este trabajo en equipo es esencial, especialmente durante los calurosos meses de verano, cuando las temperaturas en regiones como España y el norte de África pueden superar los 30 °C (86 °F). La capacidad de las hormigas para adaptar sus pautas de búsqueda de alimento, incluido el cambio a la actividad nocturna cuando las temperaturas suben por encima de los 33 °C (90 °F), garantiza la continuación del buen trabajo.



 

¿Cómo selecciona una hormiga Messor barbarus una semilla?

En primer lugar, una hormiga Messor barbarus siempre selecciona una semilla que quepa en el nido. Cuanto más grande es el nido, mayores son las semillas que recogen. Un estudio realizado en el sur de Francia sugiere que estas hormigas recolectan semillas de entre 0,2 mg y 60 mg, eligiéndolas de sus plantas favoritas. A pesar de sus preferencias, recogen semillas de 50% de la flora que rodea el nido. Mientras que las hormigas Messor barbarus adultas no necesitan proteínas, la reina y las larvas sí. Para algunas especies, las proteínas son esenciales, pero sólo representan el 1% del alimento recolectado por las hormigas Messor barbarus. Sin embargo, pueden ser feroces cazadoras cuando es necesario, como demuestra su rápida captura de presas desprevenidas como lombrices lentas o insectos heridos.

Cuando una semilla o sus restos ya no son útiles, las hormigas medianas o menores la transportan a la zona de depósito de residuos. Esta zona también sirve como lugar de descanso final para las hormigas fallecidas

 

Dentro del nido

Un nido maduro de Messor barbarus cuenta con unos 90 000 individuos. La mayor parte de la colonia trabaja en el exterior, pero lo que hacen en el interior no es menos interesante. 

Amplían la red de túneles y cámaras indispensable para la supervivencia de la colonia. Algunas de estas cámaras están dedicadas a la cría, otras se transforman en graneros de semillas. En ambos casos, el control de la temperatura y de la tasa de humedad es esencial.

Estas hormigas almacenan y controlan las semillas en la cámara, vigilando que no empiecen a fermentar.

Como ya sabe, las hormigas no tienen dientes en la boca. Tienen lo que comúnmente llamamos "piezas bucales". A la hora de comer se parecen a las moscas, transformando su comida en una pasta más fácil de tragar.

Entonces, ¿cuál fue la solución que encontraron nuestras astutas damas barbarus?

¡El pan de hormiga!

Es importante señalar que, aunque las hormigas no poseen dientes, están equipadas con poderosas mandíbulas. Estas mandíbulas funcionan como robustas tenazas que permiten a las hormigas triturar semillas y mezclarlas con su saliva. 

La amilasa presente en sus glándulas bucales facilita la disolución de las semillas, convirtiendo las cadenas de almidón en glucosa. Este proceso da lugar a una sustancia más fácil de cortar, recolocar y compartir entre las hormigas. Cuando una hormiga necesita alimentarse, simplemente chupa este "pan" para extraer el jugo nutritivo.

Además, existe un interés considerable por saber si las hormigas Messor barbarus practican la trofalaxis, el proceso de compartir alimentos de boca a boca. Las observaciones realizadas durante más de tres horas no revelaron ningún caso de trofalaxis entre estas hormigas. Sin embargo, es teóricamente posible, sobre todo cuando escasean las semillas, ya que las hormigas pueden recurrir a líquidos azucarados. En tales casos, la trofalaxis podría llegar a ser necesaria. 

En particular, las hormigas Messor barbarus muestran una elevada frecuencia de acicalamiento mutuo. Este comportamiento subraya la naturaleza colectiva de su existencia, que se extiende incluso a sus prácticas higiénicas.

 

Así que...

Las hormigas Messor barbarus han elegido un camino evolutivo distinto al de otras hormigas. Mientras que las hormigas cortadoras de hojas cultivan hongos y las Formica rufa construyen cúpulas hechas de ramitas, las Messor barbarus son hormigas cosechadoras. Los estudios en curso sugieren que los nidos de Messor podrían ser importantes reservorios de diversidad de mirmecófilos, albergando algunos de los simbiontes más característicos.

Esta diversa comunidad de simbiontes significa que Messor barbarus no sólo contribuye al desarrollo de la flora dispersando semillas, sino que también apoya a la fauna proporcionando un hábitat para estos insectos. Esta intrincada red de interacciones pone de relieve la importancia ecológica de Messor barbarus en el mantenimiento de la biodiversidad y la estabilidad de los ecosistemas.

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