Cuando uno piensa en las hormigas, puede imaginarse interminables caminos cargados de comida, o quizá feroces batallas contra invasores. Pero hoy vamos a hablar de algo más oscuro, aunque igual de fascinante: la muerte, el sacrificio y la higiene en el mundo de las hormigas.
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De los cementerios a las alarmas químicas
Ya se habrá dado cuenta: en muchas colonias de hormigas hay zonas dedicadas a los compañeros de nido fallecidos: un "cementerio" de hormigas, por así decirlo. A diferencia de los nuestros, no se trata de luto o ritual. Para las hormigas, son prácticos: una forma de controlar el riesgo de enfermedades y mantener limpia la colonia.
Pero hay más en la historia.
Algunas hormigas que enferman no pueden permanecer entre sus hermanas. Abandonan la colonia por su cuenta. Esta autoeliminación es una adaptación del comportamiento para limitar la propagación del contagio. Es la supervivencia a través del sacrificio.
Lo impresionante es que cuando una hormiga muere, su cuerpo no desencadena instantáneamente la atención de sus hermanas. Durante uno o dos días, el cadáver suele permanecer intacto. Es como si la colonia no "supiera" que la hormiga ha muerto... hasta que eso cambia.
El olor de la muerte: El ácido oleico como señal
Una de las historias clásicas de la mirmecología (el estudio de las hormigas) es cómo detectan químicamente la muerte. Edward O. Wilson y sus colegas descubrieron que cuando el cuerpo de una hormiga muerta empieza a descomponerse, libera ácido oleicoun ácido graso que actúa como un aviso químico de muerte.
De hecho, Wilson realizó un experimento sorprendente: si se rocía a una hormiga viva con ácido oleico, su colonia la trata como si estuviera muerta y se la lleva. En la sociedad de las hormigas, oler como un cadáver equivale a serlo.
Por tanto, el retraso en la retirada del cadáver no es negligencia. Es química: el cuerpo debe degradarse ligeramente antes de empezar a emitir esta señal de "hormiga muerta".
Cuando la muerte propaga el peligro
A menudo suponemos que las hormigas eliminan a sus compañeras muertas sólo por razones higiénicas, para evitar la propagación de enfermedades. Pero un estudio sin precedentes pone en duda esta suposición.
En experimentos en los que los investigadores introdujeron una hormiga muerta infectada por un hongo en una colonia de Camponotus castaneussobre 84 % de las hormigas acabaron infectándose sólo por el contacto con el cadáver. Toda la colonia estaba en peligro. Este resultado sugiere que no siempre basta con retirar los cadáveres para detener la propagación de la enfermedad.
Aun así, algunas especies dependen en gran medida del comportamiento de acicalamiento. Al lamerse y limpiarse a sí mismas y entre sí, pueden reducir la transmisión de patógenos hasta 70%. Las hormigas infectadas también pueden aislarse, reduciendo el contacto.
Estilos funerarios según la especie
Los comportamientos que emplean las hormigas en torno a la muerte son sorprendentemente variados. Una revisión exhaustiva de 55 especies de hormigas clasificó sus "rituales funerarios" en varias categorías:
- Necroforesis (la eliminación de hormigas muertas) - practicada por ~32 especies (≈ 60 %).
- Necrofagia intraespecífica (comer compañeros de nido muertos) - ~11 especies (≈ 20 %)
- Enterrar o cubrir cadáveres - ~4 especies (≈ 7 %)
- Evasión (simplemente mantenerse alejado de las hormigas muertas) - ~3 especies (≈ 5 %)
- Autoeutanasia (hormigas enfermas que abandonan el nido para morir) - poco frecuente, pero presente en algunas especies
Algunos combinan varias estrategias. Por ejemplo, Solenopsis invicta pueden transportar, enterrar o, a veces, evitar por completo los cadáveres. ResearchGate+1
Otras especies, como Formica polyctenaEn lugar de consumir los restos de los cadáveres, los retiran y los convierten en abono fuera del nido. ResearchGate
En un estudio más reciente sobre Formica polyctenaLos investigadores descubrieron que las hormigas podían distinguir los cadáveres con distintos riesgos de infección y alterar su comportamiento de manipulación. Por ejemplo, durante los periodos de inanición, la necrofagia caníbal (comer compañeros de nido muertos) aumentaba, pero sólo cuando los cadáveres se consideraban "suficientemente seguros" para consumirlos. Naturaleza
Sacrificio, combate y autodestrucción
Las sociedades de hormigas suelen llevar a los individuos al límite. Algunas hormigas soldado se lanzan a la batalla y dan su vida para proteger la colonia.
Aún más extremas: algunas especies llevan a cabo tácticas de defensa suicidas. Pueden romperse para rociar toxinas, bloquear entradas o incluso explotar para detener a los intrusos. Tal autosacrificio puede sonar extremo, pero en términos ecológicos, está conformado por selección de parientes: principio según el cual sacrificarse puede beneficiar a los miembros de una colonia estrechamente emparentados y propagar así los genes compartidos.
Comportamientos similares aparecen también en otros animales sociales (lobos, leones, etc.). Es un tema: el grupo por encima del individuo, cuando hay mucho en juego.
Lo que aún no sabemos
Las sociedades de hormigas suelen llevar a los individuos al límite. Algunas hormigas soldado se lanzan a la batalla y dan su vida para proteger la colonia.
Aún más extremas: algunas especies llevan a cabo tácticas de defensa suicidas. Pueden romperse para rociar toxinas, bloquear entradas o incluso explotar para detener a los intrusos. Tal autosacrificio puede sonar extremo, pero en términos ecológicos, está conformado por selección de parientes: principio según el cual sacrificarse puede beneficiar a los miembros de una colonia estrechamente emparentados y propagar así los genes compartidos.
Comportamientos similares aparecen también en otros animales sociales (lobos, leones, etc.). Es un tema: el grupo por encima del individuo, cuando hay mucho en juego.

