¿Qué tipos de nidos crean las hormigas?
Metrópolis subterráneas: Las hormigas y sus ciudades
Las hormigas habitan casi todos los rincones de nuestro planeta. Bajo bosques, sabanas e incluso paisajes urbanos, estos verdaderos arquitectos construyen intrincados hormigueros y ciudades subterráneas que sustentan colonias enteras. Exploremos los diversos hábitats que crean las hormigas, desde imponentes cúpulas hasta árboles colonizados.
Hormigueros de la cúpula: hormigueros visibles en la superficie
Hormigueros de ramitas
En el denso corazón de los bosques, Rufa de fórmica Las hormigas construyen hormigueros en forma de cúpula que combinan ingeniería y funcionalidad. Estos montículos suelen construirse alrededor de tocones o troncos caídos, utilizando materiales como ramitas y hojas para construir una capa exterior que retiene el calor. La orientación hacia el sol acelera la absorción del calor, vital para la cría y el cultivo de huertos de hongos. Sin embargo, su prominencia puede atraer amenazas: actividades humanas, aves depredadoras y hormigas rivales suponen riesgos constantes.

Hormigueros de tierra y grava
Otras especies adoptan un enfoque más sencillo, construyendo cúpulas de tierra, grava y arena. Con el tiempo, estos materiales se acumulan cerca de la entrada del nido, formando una barrera protectora. También pueden construirse deliberadamente montículos más pequeños para dar calor a la cría, mientras las hormigas vigías se posan en las briznas de hierba, vigilantes ante posibles intrusos.
Estos dos tipos de hormiguero también tienen una parte subterránea.
Ciudades subterráneas: La vida bajo la superficie
Bajo nuestros pies yace un mundo oculto donde prosperan las colonias de hormigas, protegidas de los depredadores y los elementos externos. Estas ciudades subterráneas son obras de ingeniería, cada galería y cámara está meticulosamente tallada para satisfacer las necesidades de la colonia.
El mundo subterráneo
La tierra blanda proporciona un medio ideal para excavar, lo que permite a las obreras moldear intrincados nidos a gran velocidad. La tierra transportada a la superficie se suma a la estructura protectora, mientras que las profundidades ocultas mantienen a la colonia a salvo de cualquier daño.
Graneros habitables

En estas ciudades, las hormigas mantienen con precisión sus reservas de alimentos. Sus antenas les sirven de instrumentos de navegación y les permiten localizar y disponer las provisiones a la temperatura y humedad perfectas. Algunas especies, como Messor barbarus, controlan incluso la fermentación dentro de sus graneros, garantizando la conservación de los alimentos a largo plazo. Las hormigas Messor aseguran así la supervivencia de su colonia durante el invierno.
Calor cautivo
El suelo actúa como aislante natural, capturando el calor vital para el desarrollo de las crías. Las hormigas colocan las cámaras de la reina en estas zonas cálidas, creando el entorno ideal para la puesta de huevos. Estos refugios subterráneos no son meros nidos, sino ecosistemas plenamente funcionales donde otras especies coexisten en simbiosis con las hormigas.
Hormigueros notables: Creatividad más allá de la tierra y la arena
Los granjeros de hongos
Entre las hormigas más fascinantes están las cultivadoras de hongos, como las cortadoras de hojas. Presentes en América Central y del Sur, estas hormigas cultivan hongos en vastas redes subterráneas. Transportan material vegetal -hojas, ramitas y frutos- para alimentar sus jardines de hongos, que les sirven tanto de alimento como de hábitat. La complejidad de estos nidos rivaliza con la de las infraestructuras diseñadas por el hombre, con túneles destinados a la ventilación, el almacenamiento y el tráfico.
Las mirmecófitas
La simbiosis ocupa un lugar central en el caso de las hormigas mirmecófitas, que anidan en plantas específicas como Tillandsia y acacias. Estas plantas ofrecen cavidades naturales que las hormigas adaptan como espacios vitales. A cambio, las hormigas protegen a sus huéspedes de las plagas, mostrando un delicado equilibrio entre insectos y flora.
Los marcos abandonados
Algunas hormigas, como las carpinteras, optan por vivir de forma reciclada, habitando árboles en descomposición o estructuras de madera. Tallando galerías en estas estructuras, crean nidos discretos pero eficientes. Estas viviendas oportunistas son ejemplos sorprendentes de la capacidad de adaptación de las hormigas.

Constructoras de nidos de hojas: El arte de las hormigas tejedoras
En lo alto de las copas de los árboles del sur de Asia y África Central, las hormigas tejedoras construyen nidos extraordinarios uniendo hojas con seda segregada por sus larvas. Especies como Oecophylla y Inmersiones de Polyrhachis hacen gala de una habilidad arquitectónica sin parangón, construyendo nidos que también sirven para proteger las plantas huésped. A diferencia de la mayoría de las mirmecófitas, estas hormigas crean estructuras totalmente únicas que ponen de relieve su ingenio.

Hormigas: Amas de su microcosmos
Las hormigas son más que insectos: son ingenieras, cultivadoras y compañeras simbióticas. Sus hormigueros, ya sean altas cúpulas o laberintos subterráneos ocultos, revelan su adaptabilidad y sofisticación. Estas estructuras son un testimonio de la creatividad y resistencia de la naturaleza, y nos invitan a apreciar la diversidad de la vida en nuestro planeta.