La compleja anatomía de las hormigas

Las hormigas, a menudo ignoradas por su pequeño tamaño, son criaturas increíblemente complejas. A lo largo de cientos de millones de años han evolucionado hacia una gran variedad de organizaciones y fenotipos. Pero, ¿qué es lo que realmente define a una hormiga? ¿Qué puntos en común unen a cada especie de hormiga? Exploremos las características comunes que definen inequívocamente a las hormigas como, bueno, ¡como hormigas!

Lo que hace especiales a las hormigas desde fuera

División del cuerpo de la hormiga

Al igual que otros insectos, el cuerpo de las hormigas se divide en tres partes principales: la cabeza, el tórax (también llamado mesosoma) y el abdomen (también llamado gaster). Sin embargo, las hormigas tienen características únicas que las diferencian de otros insectos.

EL PETIOLE

Una característica distintiva de las hormigas es el pecíolo, una estructura estrecha en forma de cintura que une el tórax y el abdomen. Algunas tienen un solo segmento, mientras que otras tienen dos.

Antenas acodadas

Las hormigas también tienen antenas acodadas, que son cruciales para su comunicación y navegación. Estas antenas se dividen en dos partes principales: el escapo y el funículo.

Glándula metapleural

La glándula metapleural, exclusiva de las hormigas, es vital para su supervivencia. Situada en el tórax, esta glándula produce un fluido antibiótico que inhibe el crecimiento de bacterias y hongos en las hormigas y dentro de sus nidos.

La secreción se almacena en un depósito y puede extenderse sobre el exoesqueleto de la hormiga, formando una barrera protectora.

Esta glándula es esencial para mantener la higiene de la colonia y defenderse de los agentes patógenos, contribuyendo significativamente al éxito ecológico de las hormigas.

El mesosoma

El mesosoma es donde se unen las patas y contiene los músculos necesarios para el movimiento. En las hormigas aladas, también alberga los músculos para volar. Tras el apareamiento, las reinas se desprenden de las alas, dejando una cicatriz.

Piernas y garras

Las patas de las hormigas se dividen en tres partes: la tibia, el fémur y el tarso, que terminan en garras. Puede que estos nombres te suenen porque los humanos tenemos huesos similares en el cuerpo.

El gaster

El gáster, o abdomen, contiene órganos vitales y está dividido en tres segmentos. También alberga el armamento químico de la hormiga, como el veneno y el ácido fórmico.

La cabeza y sus órganos

La cabeza de la hormiga alberga varios órganos importantes. Las mandíbulas sirven para agarrar, cortar y transportar objetos. Las hormigas tienen ojos compuestos formados por numerosos ommatidios, y las hormigas aladas también tienen ojos simples llamados ocelos, que les ayudan a orientarse utilizando la luz.

Antenas y feromonas

Las hormigas utilizan sus antenas para recibir feromonas, que son cruciales para la comunicación dentro de la colonia. Este eficaz sistema de comunicación permite a las hormigas coordinar tareas complejas y mantener el orden social.

Exoesqueleto

A pesar de la diversidad de especies de hormigas, todas ellas tienen un exoesqueleto que les sirve de soporte y protección. Esto no puede compararse con los huesos humanos, porque el exoesqueleto es externo mientras que los huesos humanos están en el interior rodeados de músculos.

Parte 2: ¿Qué hay dentro de una hormiga?

Sistema circulatorio

Las hormigas tienen un sistema circulatorio sencillo. Respiran a través de unos diminutos orificios llamados espiráculos, y su "corazón" es un largo tubo que bombea hemolinfa (un fluido similar a la sangre) por todo su cuerpo.

Sistema digestivo

El aparato digestivo incluye un estómago para la digestión individual y un buche para el reparto social de la comida. El abdomen también contiene glándulas que producen veneno, feromonas y ácido fórmico.

Sistema nervioso

El sistema nervioso consiste en un largo cordón nervioso que va desde la cabeza hasta la parte posterior, con ramificaciones que conducen a diversas partes del cuerpo, similar a la médula espinal humana.

Millones de años de evolución han hecho de las hormigas una de las formas de vida más diversas y mejor adaptadas de la Tierra. Su organización social les ha ayudado a desarrollar rasgos especializados para satisfacer sus necesidades. En el mundo de las hormigas, la forma se une a la función.

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